No deberían existir las críticas (destructiva) ni los críticos (negativos) porque, si ya es para algunos encontrar una actividad que les saque de casa o, simplemente, salir de ella... entonces, ¿para qué hacerles cambiar de opinión?
Si no es que seamos muy influenciables -que también- sino que cada vez que puedes llegar a pensar en salir de casa a gastar y consumir, no necesitas de alguien que te quite las ganas y la alegría (que no ya el dinero... aunque alguien pagará a esa gente) sino que no te hace salir y ver o comprobar por ti mismo, consumir para tener tu propia opinión, sobre X producto o tal película en el cine.
Mi llamamiento es, sencilla y llanamente, a los críticos del positivismo, a los que animana salir a beber aunque sea tal cerveza en un bar... porque hay una actividad, porque hay motivos para vivir. No gente que nos quiten la poca ilusión que tenemos ésta generación de hacer cosas que puedan o no gustarnos, porque a veces, no es por ver tal o pascual, sino el hecho de salir y vivir lo que te hace encontrarte con gente, disfrutar de un perrito caliente o cualquier otra cosa que te haga sentir la vida, no encerrado en casa donde estás muerto para todos los demás.
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